
Vi a Kiefer Sutherland/Doctor House salir por el pasillo de los fideos acompañado del que presumí era su amigo argentino, el mismo que llegó a visitarlo en la semana que dejó de llamarme.
Él le dijo algo, y su amigo se inclinó un poco para escucharlo mejor, asintió y ambos se pararon junto al refrigerador de las cervezas, y el argentino, con un gesto cotidiano, sin aspavientos y con el parsimonioso silencio de la cotidianeidad encima, tomó con una mano a Kiefer Sutherland/Doctor House en esa inefable zona entre el cuello y el hombro, mientras deslizaba la vitrina con la otra, para que él tomara una de las botellas del interior.
Ahora entiendo por qué dejó de llamarme.
8 comentarios:
tienes un problema.
Felicitaciones. He escuchado historias donde la revelacion se produce mucho despues, cuando ni la huida es suficiente, cuando ni llorar es bueno para borrar la triste imagen de la memoria.
En una nota differente, Fuerza y Paciencia amigos de Chile!
:O
Jajaja Uff que suerte, no eres tu es el... Besos
Pd: gracias por escribir despues del terremoto...
plop!... supongo...
Qué buena anécdota!
A estas alturas... este post da lo mismo! :P
Realmente tenia que ser fleto para perderte... así de simple.
Publicar un comentario