martes, 30 de enero de 2007

La insoportable relatividad del ser

Ok, lo asumo: Soy un poco relativa con las cosas.
Y no se trata de que no tenga principios, sino que creo profundamente en el análisis de la casuística y de las circunstancias de las cosas.
Todo esto a pito de mi amistad con ventaja con Bowie. Él es un tierno y un lindo, y está bastante entusiasmado con nuestra relación. Tanto, que me preguntó a quemarropa por qué salía tanto con Cesar, mi profesor con el que veo el tema de las ayudantías.
Su gesto de celos me derritió un poco el corazón, pero también me cargó un poco, y asumo que si la misma pregunta me la hubiera hecho otra persona en otras circunstancias, por ejemplo el tipo con el que salgo, pero que me encanta y me trae loca, lo habría interpretado como la señal última, brutal, total y definitiva de su interés hacia mí, y habria pensado que el pololeo es la siguente etapa.
Pero no. Como Bowie sólo me gusta pero no me trae loca, lo interpreto relativamente, pensando que claro, le gusto y todo, pero que está lejos de significar algo más profundo o menos un compromiso de su parte.
En todo caso , esta historia ha progresado un poco, y me confieso más metida en ella desde hace un rato, pero no metida metida tampoco, porque aún no encuentro aquellas señales, aquellas razones por las que podría estar dispuesta a bancarme todas las cosas que no me gustan de él, como ser excesivamente carretero, fumar (es una tontera, pero a mí, Miss Antitabaco, me afecta), y su casi nulo conocimiento acerca de cine, un tema crucial para mí.
En fin, todo es relativo, como dijo Einstein. Depende de quién venga si lo que te dicen te parece perfecto o desatinado, si crees que es una señal de interés o si como decía antes, lo multiplicas por 0.6 y te quedas con un pálido "me caes bien".

martes, 16 de enero de 2007

Miltiplícalo por 0.6


Esa es la actitud que he tomado desde hace un tiempo. Multiplicar las cosas por 0.6, bajarles el perfil.
Bowie me llama y me dice que soy increíble, que le moví el piso y que está encantado conmigo. Después de la multiplicación me queda un "me gusta estar contigo, me caes bien y te quiero seguir conociendo".
La idea es no comprarles todo lo que dicen porque seamos sinceras: saben lo que queremos escuchar, y nosotras tendemos a creerlo por eso.
Mi posición ahora es bastante pasiva y hasta un poco escéptica. No se trata de que no tengo ganas de toparme con cosas buenas, sino más bien que me entusiasmo menos apresuradamente que antes, y que me he puesto un poco más racional, sin perder el entusiasmo que me caracteriza en estas lides.
Por el momento, esta actitud me ha resultado bien y estoy contenta, porque me permite disfrutar de lo bueno sin enrollarme ni pensar en lo malo.
(Una aclaración al margen: La de la foto, a diferencia de las otras, no soy yo. La pedí prestada del blog http://blogs.ya.com/yamuna/200502.htm. No sé si la que aparece ahí sea la original o si también es fruto del latrocinio, pero ahí está la fuente que usé)

lunes, 15 de enero de 2007

Las Vacas Gordas


No se trata de un restaurant de parrilladas (aunque bien podría serlo), sino del momento amoroso que atraviesa mi vida por estos días.

Se me ha juntado un par de buenos candidatos, y yo me dejo querer hasta que la elección sea imperativa. No vaya a ser que se vengan después las vacas flacas y me pillen sin siquiera haber sacado algo de provecho de este período.

El primero de los sujetos, nombrado en el posteo anterior, será llamado de ahora en adelante Bowie, debido a que tiene un ojo verde y el otro café, lo que pese a sonar raro, funciona muy bien.
Es, en orden descendente, guapo (con maldad, premeditación, alevosía y culpa), simpático, entretenido, inteligente e interesante. Ya se puede decir que tenemos algo aunque no sé bien qué. Amigo con ventaja puede ser un rotulo adecuado. El sábado salimos y lo pasamos muy bien, pero me dí cuenta de que salvo por lo guapo, no me gusta tanto como creía, básicamente por una o dos tonteras que para mí son bastante importantes: sabe poco de cine y no es una persona muy culta que digamos.
No le gusta el tango (y ni siquiera encuentra sexy que yo sepa bailar) y odia los animales. Es entretenidísimo, nos reimos a montones, chispeante y buen amante, hay que decirlo, pero no todo es pasión en la vida.
Él se escapa un poco a mi perfil amante de los animales (no como cerdo porque los adoro, aunque me gustan mucho, por ejemplo), tanguero, cinéfilo y lector, ñoño si se quiere, y siento que eso me ha hecho decaer un poco el entusiasmo. En todo caso hay que ver qué pasa, pero es cierto que es mejor que esto ocurra ahora, a tres semanas de conocernos, que cuando esta relación tenga otro rótulo más serio.

Por otro lado está El Padrino (en honor a la polera que tenía puesta cuando nos conocimos). En estricto rigor, hace tiempo que nos conocíamos, pues es el típico amigo de una amiga al que siempre uno se topa en eventos sociales, pero sin reparar mayormente en él. Resulta que en un evento social hace poco nos pusimos a conversar y concordamos en muchas cosas, como el gusto por el cine, la ñoñez, la buena mesa y el tango. Es, en orden descendente, interesante, inteligente, culto, simpático y guapo. Dato al margen, tiene una voz maravillosa, bien grave.
Salimos el viernes y terminamos en un sibarítico restaurant tailandés hablando de cine y de las cosas buenas de la vida, sentados a pie pelado comiendo exquisiteces. Y puede que haya sido sólo yo, pero sentí que hubo química y que la cosa podía resultar.

De todos modos, y como dije antes, yo me dejo querer.

viernes, 12 de enero de 2007

2007, el año


Hace un año que vivo sola. Casi el mismo tiempo que no posteaba en este blog. Muchas cosas han pasado en mi vida, pero haré el ejercicio de resumirlas en un párrafo no demasiado largo.
Me compré un departamento en el centro, muy lindo, cómodo y elegante, y me vine a vivir sola. Tuve un pololo por unos meses durante el verano del año pasado. Lo conocí en una disco, nos miramos y nos amamos, y bueno, como todas las cosas que empiezan rápido terminan de la misma manera, unas pocas semanas después lo encontré en la cama con su ex. Luego vino un tiempo de cambios: hubo movimientos de gente en mi trabajo, y me dejaron haciendo una pega detestable, en la que estuve 6 meses: lejos, lo más negativo del año. Luego encontré un trabajo en una agencia de comunicaciones estratégicas, a pasos de mi lindo, cómodo y elegante departamento, a la que me cambié sin pensarlo dos veces. Ya llevo 2 meses acá y estoy contenta. Además, acabo de terminar un diplomado de Relaciones Internacionales con mención en Asia Pacífico que hice durante todo este recién pasado 2006, y estuve en clases de tango, baile que siempre me gustó pero que sólo ahora me atreví, con mejores resultados de los que esperaba, a aprender a bailar. Además, cambié mi número de celular, el que tenía hace casi 6 años.
En el amor, nada mal. Después del pastelazo de principio de año he tenido esporádicas y fluctuantes relaciones, nada importante pero siempre con algo, o empezando algo nuevo. En ese sentido mi 2006 se movió bastante, y aunque muchas veces quise e incluso necesité un novio, ese paradigma de relación fue esquivo.
Mi 2007 se inicia notable: me inscribí en un Magíster de Relaciones Internacionales (seguiré estudiando hasta que se me tueste el cerebro), sigo en mi departamento, feliz y chocha de poder tener mi espacio, organizar mis propios carretes y ofrecerles alojamiento a mis amigos para después de las noches de carrete desenfrenado.
Además, estoy haciendo una ayudantía de investigación. Hice muy buenas migas con César, un profesor de mi diplomado de Asia Pacífico, quien ahora, en calidad de amigo, me ofreció unas lucas (con las que pagaré el magíster) a cambio de ayuda en la recolección y análisis de información para un libro sobre relaciones Internacionales que está preparando. Doble negocio: me pago mis estudios y gano en conocimiento.
De chica, pensaba que sería fantástico encontrar a alguien que me pagara un sueldo por estudiar, ya que es algo que siempre me ha gustado, y eso es precisamente lo que está pasando con esta ayudantía.
Respecto del amor, en la fiesta de año nuevo conocí a un tipo, enganchamos y nos hemos seguido viendo. No sé como resulte eso, pero yo estoy en una actitud tranquila, quiero que las cosas pasen si tienen que pasar, y si no, bien. No quiero forzar nada, sobre todo por el poco tiempo que la ayudantía, el magíster, las clases de tango y mi vida social me dejan.
Ese es el reto del 2007: hacer todas las cosas en las que me he metido, pero hacerlas bien. Quiero ser la mejor ayudante, que me vaya excelente en el diplomado, bailar tango como nadie en mi nivel (ojo que ya estoy en segundo…), y no dejar de lado a mis amigas, a mi familia y a la gente que quiero.
Volviendo sobre el amor, no sé si quiero un pololo. Siempre es bueno tener a alguien con quien salir, compartir y una piel que acariciar, pero un compromiso que acarre ciertas obligaciones es algo que no quiero. Por lo menos no aquí ni ahora. Tal vez en un mes, en dos o en un tiempo más largo, pero no ahora.
Y nada, así empiezo el 2007: Un buen año, con buenas cosas y decisiones tomadas. Espero tener la constancia, capacidad y suerte suficiente para que todo salga bien.