Siempre me he preguntado por qué los ex pololos llaman para saber cómo está una. Aclaración: la amistad con los ex es un deporte que yo no practico ni me interesa, debido a que creo que si uno quiere a alguien de pareja, status superior a un mero amigo, es imposible degradarlo de categoría y tener una relación sincera con esa persona. Conozco gente que lo hace y que le resulta fantástico, pero yo simplemente no puedo.
Hace algún tiempo, conversé este tema con un tipo que recién venía conociendo, y me dijo que es algo tremendamente machista, porque los hombres pese a saber que ya no hay una relación de por medio, se quedan con el sentimiento de pertenencia y de cuidado de la otra persona, y en tanto esto último, les interesa saber cómo está la susodicha, sobre todo si ellos han sido quienes rompieron la relación.
Debo decir que durante un tiempo largo tuve episodios de este tipo con un ex, el único al que creo que he amado verdaderamente y por el que hubiera sacrificado todo, mi carrera, mi vida laboral e incluso mi enhiesta posición de no querer hijos.
Luego de que terminó conmigo me llamaba insistentemente para saber como estaba. “Destrozada, como quieres que esté?” le respondí la primera vez. “No te mereces nada de mí, ni siquiera saber si estoy bien o estoy mal”, le contesté, hostil, la penúltima vez que hablamos, cuando le dije que no me llamara más porque él había elegido que nuestros destinos se separaran y una de las consecuencias de su propia decisión era no saber nada mío.
Luego comenzó con mails que también respondía hostilmente, hasta que una llamada inesperada, a casi 3 años de ya no estar juntos, marcó el término. Me dijo que yo había tenido razón, que se había equivocado en su decisión y que siempre me iba a querer, porque yo era una gran persona. “Muchas gracias, pero tengo alguien que me recuerda eso todos los días en la mañana”, le dije, porque en ese momento estaba emparejada y feliz. Nunca más hizo intentos de contactarse conmigo.
Esta historia puede sonar terrible y mi postura puede parecer radical (y de cierta manera lo es), pero lo que pasa es que no entiendo esa persistencia, ese “quiero saber de ti a toda costa, incluso si tú no quieres que yo sepa nada”.
Cuando yo he terminado una relación, no me acerco por respeto, porque sé por experiencia propia que lo que menos necesita el corazón sangrante del otro para recuperarse es la influencia de la persona que provocó la herida, y que una vez que ésta ya se ha cerrado, la cercanía ya no tiene ningún sentido.
Respecto al ex de mi amiga, ojalá que desista, porque además de todo, es bastante molesto recibir llamadas a altas horas de la noche preguntando “qué ha sido de tu vida?”.
Respecto al ex de mi amiga, ojalá que desista, porque además de todo, es bastante molesto recibir llamadas a altas horas de la noche preguntando “qué ha sido de tu vida?”.