Miro cuidadosamente hacia los dos lados de la calle antes de cruzar, desde que mi amigo Prometeo me dijo que Murphy se ensaña con la gente feliz, a la que todo le resulta.
Ha pasado tanto tiempo desde ese momento en el que casi a medianoche, y en la cubierta del ferry que une Meerburg y Konstanz, le dije al rucio que me quería ir a vivir con él y a estudiar a Alemania. Eso fue en agosto del 2010, en mi primer viaje a verlo, y ahora, a casi un año de ese momento, todo está casi listo para mi viaje.
El rucio accedió a este plan loco, y pese a que dudó un poco al principio, ahora está completamente convencido, y cada día me da más señales de que esto es realmente lo que él quiere, por primera vez en la vida. Yo aprobé el TOEFL, postulé y fui aceptada en el postgrado en inglés que quería, en la misma universidad donde él trabaja. Mi jefa me apoyó con todos los días libres que necesitara para mis trámites de la visa. El rucio acaba de encontrar el departamento donde vamos a vivir: es precioso y queda en Allmannsdorf, una parte de la ciudad de Konstanz que está rodeado de bosques y que queda a 10 minutos de la Universidad. Y yo ya reservé un pasaje sólo de ida para el 31 de Agosto. Mi vida es un sueño!
Ha pasado casi un año desde esa conversación que lo cambió todo. Yo sabía que me lo jugaba todo y no era poco, pensando que llevábamos sólo 5 meses juntos. Pero sabía que el corazón le habla a uno tan pocas veces en la vida, que uno tiene que hacerle caso. Al final, todo ha salido de maravilla, y no hay nada que haya opacado este año de planes y arreglos para esta nueva etapa de la vida que vamos a iniciar.
Muchas veces en este tiempo he sentido que todo va a salir perfecto, que no tengo que preocuparme de nada, porque en alguna parte del Universo todo está resuelto a mi (nuestro) favor.
Por eso, miro la calle hacia los dos lados antes de cruzar. No quiero tentar a Murphy.