miércoles, 28 de julio de 2010

23 kilos

Lo más pesado:
- 4 botellas de vino
- Una botella de pisco. Pretendo lucirme con un pisco sour para los suegros, en el asado que ya nos tienen prometido, para celebrar la presentación de la "polola chilena"
- Dos kilos de manjar. El rucio ya me dijo que no me dejaba entrar a su casa si no le llevaba manjar. Creo que es una especie de adicto

Lo más liviano:
- La ropa de verano. Llevo mil pilchas y no me ocupan ni la mitad de la maleta
- La ropa interior. Por suerte pesa poco, porque llevo casi tanta como "ropa exterior".
- Los regalos para la familia. Aros de lapislázuli para su hermana, y unos posavasos de cobre con incrustaciones de esta misma piedra para sus papás.

Lo más tierno:
- El Martin, mi pulpo de peluche. El rucio me pidió que lo llevara, porque como es amigo de su oso polar de peluche (se conocieron por Skype y cada vez que hablamos con el rucio, se saludan), creyó que era bueno que se concieran en persona, dado que nuestra relación iba tan en serio, lo que me pareció una idea estupenda.

Equipaje de mano:
- Menos euros de los que hubiera querido llevar, y un poco más de los que la cordura me permitió comprar en una primera instancia.
- Mi pasaporte-sonrisa
- MP3, banda sonora: I don´t want to miss a thing, de Aerosmith
- Libro para la escala en Barajas: La Loca de la casa, de Rosa Montero. Ojalá algún día escriba como ella.
- Pañuelitos desechables. Sé que voy a llorar cuando vea al rucio, y me de ese abrazo y ese beso por el que vengo esperando hace más de tres meses.

lunes, 19 de julio de 2010

Tengo...

- Una cuenta regresiva en Facebook
- Un frasco de Flores de Bach, para las ansias de la espera
- Una clave alfanumérica de reserva para un vuelo Santiago-Frankfurt-Santiago
- Una sonrisa gigante en la foto del pasaporte
- Una maleta roja que canjeé con los puntos del banco, porque me pareció poco elegante llevar mi mochila de campamento
- La tarjeta de crédito muy cerca del tope, por la pequeña fortuna que me gasté en ropa interior
- Un par de pantuflas nuevas que tengo planeado olvidar debajo de su cama, para que se quede con algo mío cuando tenga que volver
- Los regalos para el rucio: dos kilos de manjar y una botella del mismo vino que nos tomamos esa noche en Punta Choros, justo antes de enamorarnos
- Este amor enorme que llevo en el pecho
- La certeza del porte de una catedral de que no tengo que tener miedo de nada

viernes, 2 de julio de 2010

Drei Monate

Te he besado más veces en mis sueños que en la vida real. Te conozco poco, pero sin embargo sé quién eres. Me bastó con mirarte para abandonarme a esta corriente que también te lleva a ti, que me has besado más veces en tus sueños que en la vida real, y que pese a conocerme poco –y entenderme menos en mi mal inglés- sabes quién soy.
Gracias por estos tres meses de ilusiones. Gracias por hablarme del amor y del futuro. Gracias por mostrarme el terreno firme donde más que un salto al vacío, voy a dar pasos firmes adelante. Gracias por todo.