viernes, 15 de abril de 2011

40 Euros

40 Euros me cobra Iberia por llevar una maleta extra de 32 kilos. Una maleta donde irá toda la ropa de verano que no volveré a usar hasta la próxima estación estival, que me sorprenderá en junio del 2012 en Alemania. Desde ahora, tendré un año de invierno, y por eso la ropa liviana no la volveré a necesitar en Chile, así que me la llevo y la dejo allá.

Esta será la prueba definitiva de que tengo un pie acá y otro allá (no quiero pensar qué pasará si este último Septiembre es caluroso en Chile).

40 Euros a cambio de los que podré transportar ese bikini negro que me regaló mi mamá, que milagrosamente oculta el rollo de mi cadera y me hace ver con algo más de “retaguardia” de lo que realmente tengo. Una ilusión óptica, claro está, pero que me encanta!

40 euros que me permitirán llevar los vestidos cortos de tiritas que usé el verano pasado, y ese vestido café que me encanta, con corte imperio y doble escote: el de adelante es bien pronunciado, y el de la espalda llega casi a la cintura.

40 euros por llevar las chalas, las faldas largas modelo años 50 y las poleras de un solo color que combinadas con jeans o pantalones, te hacen una facha un poquito más elegante y sin necesidad de morirse de calor.

Por 40 euros podré llevar los pijamas de verano, esas camisolas de satín cortitas que compré una vez en una liquidación de Lider a $2.990 cada una, y que de verdad parecen toda una inversión.

Por los 40 euros además voy a aprovechar de llevarme las pocas posesiones materiales de las que no me despegaría por nada del mundo: mi colección de imanes de refrigerador, con los que llenaré de color y alegría el refri que compartamos con el rucio; los libros de cuentos que mi mamá me leía cuando chica, y que yo le leeré a mis sobrinos alemanes, hijos de la hermana del rucio, que están por nacer (espera gemelos para Octubre); y mi música y mis películas fundacionales. Con la música no fue tan complicada la elección, pero para una cinéfila como yo fue como tener que elegir entre los propios hijos cuando decidí cuáles pelis se iban conmigo y cuáles no.

Es heavy pensar en el precio de las cosas: 40 Euros me va a costar llevarme la mitad de mi ropa (y la mitad de mi vida) como cuadrilla de avanzada de mi cambio de país.

viernes, 1 de abril de 2011

Hace un año (gracias)

Hace un año no te conocía, rucio.

Hace un año, había arrendado mi departamento y empezaba a juntar plata para estudiar un postgrado en España.

Hace un año me sentía menos linda, menos interesante, menos querible.

Hace un año no tenía fotos en mi billetera, ni cuenta de Skype, ni plan de llamadas internacionales en el celular, ni tarjeta de viajero frecuente en Iberia, ni maletas grandes, ni ropa interior sexy.

Hace un año jamás me hubiera imaginado enamorarme hasta las patas, y a primera vista, de un hombre que no hablaba español. Y menos que él también se iba a enamorar de mí a primera vista.

Hace un año me habría reído si alguien me decía que terminaría estudiando en Alemania un postgrado en inglés, porque cambié mis planes para estar junto al hombre del que me enamoré. Me habría reído a carcajadas.

Me contaste que hace un año estabas un poco resignado, pensando que quizás ese cuento de la media naranja era mentira, pero esperando a ver si la vida te hacía cambiar de opinión.

Hace un año tenías tu vida tranquilamente resuelta: durante la semana, un trabajo que adoras, pizza hawaii los viernes en la noche, nadar o correr en el bosque los sábados en la mañana, ver series de los ´70 los domingos, acostado hasta tarde.

Y hace un año llegué yo a tu vida, a desordenarte la rutina y la tranquilidad.

Hace un año llegaste a mi vida, para mostrarme que los planes siempre pueden ser flexibles, y que cuando el corazón te dice algo, uno no puede sino escucharlo. Y el mío me dijo “Bárbara, parece que éste es el que habías estado esperando”.

Gracias rucio. Gracias por todo lo que me has dado en este año. Y gracias de antemano por todo lo que me vas a dar en los años que vienen.